martes, 30 de junio de 2009
Despe 2
el mantel colocado y las velas encendidas.
Se había dispuesto todo sin que apenas se hubiera dado cuenta nadie
El momento esperaba al último invitado
que llegaba de rositas, despreocupado y sin apenas saberlo,
se encontró ante el elixir de los dioses
convertido en cuerpo de mujer apasionada
Aunque Tú no lo sepas,
vi el amanecer contigo
pude sentir como tu sudor
acumulado durante la noche
liberaba tu cuerpo de la
urna de cristal
Escuché el tic tac de tu corazón conmovido y sentí como la pasión te arrastraba a lo excitante de lo desconocido.
Cerrabas los ojos mientras disfrutabas del resto de tus sentidos
Intensificaste tus placenteras sensaciones
Me has enseñado una cosa muy importante y te lo agradezco de corazón y, es que en esta vida estamos para sentir y hacer sentir. Que todos nuestros actos han de ir encaminados a eso y que todo lo contrario, habrá sido desperdiciar lo valioso de esta vida y no haberle dado el calado que merece esta oportunidad.
viernes, 26 de junio de 2009
A Corazón Abierto
miércoles, 24 de junio de 2009
La carta
Sé que me esperas con una carta. Un sobre que contiene el golpe más duro que me hayan dado en la vida. Un golpe, que me devuelves con la intensidad acumulada de la desesperanza, la tristeza, la desilusión que has ido acumulando en todo este tiempo y, que me asestarás por ti, por mí, por los dos. Quizá lo más duro que tenía que llegar un día u otro. Y piensas que ya está bien, que ya hemos sufrido suficiente y, que en ésta vida estamos para disfrutar. Espero y quiero creer, que esto último no se me olvide jamás y que la sonrisa que me robaron, que distraje, que dejé abandonada, regrese como pájaro a su nido, puede que algún día. Espero que sí. A ella y, a mí. Tengo esa esperanza, como la certeza de saber que el sol siempre está aunque existan días en que se dude de ello.
Al mirarme al espejo, lo que pude ver fueron mis ojos tristes, que brillaban como si hubieran llorado toda la noche por la ausencia. Las pupilas dilatadas, abarcaban el ojo entero. Ocupaban toda la mirada al completo y, el brillo, aunque intenso, había dejado de ser el mismo. Era una capa de larga tristeza y profunda melancolía la que los cubrían.
Mis sueños de espacios, de verde, de árboles y pájaros, de silencios reparadores, de niños felices correteando libres en la calle se esfumaron. Habían estado tan cerca... ¿Y la esperanza? ¿A dónde quedará? ¿Será posible algún día? Ojala que sí.
martes, 23 de junio de 2009
Sollozos
Es en estos momentos, cuando me doy cuenta del estado de tristeza en que me encuentro y veo como caigo al abismo de la desilusión y la desesperación queriendo soltarme de las manos amigas que evitan mi larga caída hacia el vacío. Y me da pena, ver como sacan fuerzas de flaqueza para ayudarme y tiran de mi mano, mientras yo, solamente, quiero dejar mi peso caer libremente para poder besar el fondo. Solo, sin que nadie tenga que padecer o vislumbrar tan sólo un atisbo de este mi sufrimiento.
domingo, 21 de junio de 2009
Comienzos
Mañana de domingo. El día es más tranquilo que el resto de la semana. Los amaneceres se reparten en el tiempo y se dilatan en cada casa, en cada rincón, en cada lugar, en cada despertar..... en todo.
Es pronto, pero los más madrugadores debaten afuera, cada uno desde su árbol, desde su rama. Cada uno habla y emite su discurso. Incluso alguno se permite el lujo de cantar y yo, encantado escucho en silencio la música que la naturaleza me brinda
El sol brilla y las aguas se agitan ansiosas de juego, de refrescar cuerpos bañados por el verano y el calor que con él ya llegó.
La brisa masajea los árboles que mueven alegremente sus ramas ventilándose en un mecer dulce y cómodo, tranquilo y parsimonioso. Entonces, parece que saludan, que dicen H O L A.
Esa misma brisa suave que entra por mi ventana, agita levemente las cuerdas de las que cuelgan libres las campanillas, que se mueven como péndulo. Resuenan pequeños ruiseñores metálicos de ecos finos. Señales que se prolongan en el tiempo y se van apagando lentas, muy lentas, como sin querer despedirse pero alejándose sin remedio.
Colores, marrón de fuego apagado y tierra, verde color de vida y azules de cielo que cambian y cambian cuantas veces quieren.
Un día cualquiera