domingo, 6 de septiembre de 2009

Sin título, sin nombre; sin más

La montaña más alta no sería suficiente
para gritar a este silencio,
para que toda la tierra se enterara
y los ecos de mi voz retumbaran
en todas las esquinas,
en todos los lugares
para que hasta los sordos,
me escucharan.

Ni dolor más profundo
que pueda desgarrar mi alma
de la misma forma
y con la misma intensidad.

No habrá igual,
no habrá
no habrá día
y no habrá noche,
igual.
No habrá.

Ya no hay,
es el vacío de mi alma
y el desangrar de mi corazón
que con mis pulmones
llenos de suspiros rotos
se quedan sin igual
y ya no habrá, no.

Los temblores doblegan mis fuerzas
que ya no estarán; ya no habrán.
Todos los sueños caen en espejo roto
que ya no habrá.
Desde entonces,
se convertirá en silencio;
roto, que ya no habrá.

5 comentarios:

Pluma Roja dijo...

me gustó bastante tu poema, cargado de figuras literarias.

"se convertirá en silencio;
roto, que ya no habrá".

Esta última frase: silencio roto, que no habrá.

Me encnta que superes los silencios.

Al romperse ya no habrán silencios.

Felicitaciones.

Ursus Polaris dijo...

Yo a veces también tengo momentos bajos de pura desesperación. Creo que tenemos que limarlos, ¿juntos?

Un saludo.

Mira los comentarios de tu escrito "Pelo", please...

PASSOFINNO dijo...

Silencio roto.... ese debería ser el título .
maravilloso poema amigo , cada verso suspira y como en un rompecabezas coje los pedazos para remendar lo roto .¡ saludos !

vuelo de hada... dijo...

Silencios rotos...llega un momento en que se tiene gritar lo que siente porque se hace tal nudo que no nos deja ni pensar, aunque hay gritos que lamentablemente no son escuchados, sera que tenemos que gritar mas fuerte?¿?
Un abrazo amigo

Silencios dijo...

Permite que grite desde tu montaña, el nudo que llevo en mi garganta.
Permite que llore mientras lo hago, porque sin nombre, sin titulo y sin más. La caída me dolió.

Un minuto nada más, Silencios.

Mis besos derrotados.