...Y poniendo a prueba la distancia,
certero y alocado Cupido lanzó su flecha
atravesando la tierra,
el mar, el cielo y,
lo que se cruzaba a su paso,
para entre el desgarro de fuego
que producía en el aire
clavarse en el corazón de destino,
que quedó impactado de amor rojo,
entre sangre, susurros y sollozos.
Subiendo la intensidad leve y suavemente
hasta llegar a alcanzar el paroxismo,
el sumum del placer,
el colapso agradable.
Te espero al final del tiempo,
adónde no existen los límites,
y podemos disfrutar de nuestro espacio juntos,
libres y fuera de este abismo que nos separa
y que me ahoga en desesperación
sin ver ni sentir tu presencia.
(*)
3 comentarios:
Sin palabras. Así me quedo.
Besos hasta tu puerta.
Muy buen poema. ¿Eres poeta? ¡También eres poeta!
Un abrazo.
Un poema triste de cupido, yo crei que el que llegaba, lanzaba su flecha y alli se quedaba para compartir esos dos seres que se aman hasta una eternidad si era posible.
Porque no siempre puede ser asi?
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