sábado, 12 de septiembre de 2009

La casa de chocolate y dulces



Coged la que más gustéis. Hay para todos.


Fué la que más me llamó la atención de entre todas. La cogí y la observé mientras le daba vueltas y la miraba fijamente sin quitarle ojo de encima. Se deformaba levemente al cogerla pero a su vez recuperaba su forma original; era flexible. Tenía textura cristalina, era pequeña, blandita y con un color muy vivo y con unos brillos muy peculiares.

Al final, no pude resistirme y..... me la comí!!
Fué, era.... una gominola

Cambió mi forma de verla y sentirla, entonces era dulce y sabrosa. Chisporroteaba en mi paladar y el degustar se hacia deleite a la vez que salibaba y salibaba mientras no podía más que pronunciar....

Uuuummmm!

4 comentarios:

Ursus Polaris dijo...

jajaja...Una gominola, todo un mundo.
Pero es como las pipas, que detrás de una va otra. Un abrazo.

Silencios dijo...

uFFfffffff

Me recuerda a mi adicción con el poxolate, que por cierto he abandonado por motivos de salud, ¿?¿?¿ ni caso.

Pero está alternativa parece sabrosita, ¿ Te harás cargo de mi dentista después??

Tuyo:
"Un amigo es aquel que conoce todos tus defectos y a pesar de ello te quiere."

Y yo ....

Lo sabes???

Día de resaca me voy a ..... después de .... y ya veré (charla)

Besos hasta tu puerta

Mr Musik dijo...

Jajaja si no estaba la foto de las gomitas mi mente medio retorcida hubiera pensado otra cosa

Saludos de Argentina

Anónimo dijo...

La dulzura tiene tres ojos sedientos, dos manos de una fábula entre los silencios despiertos, y por supuesto, una caja de crepé donde se abren las panzas en busca de recorrer la piel. Un caramelo de menta, por ejemplo, nos deja con la lengua seca y el suspiro en la muela que se perdió sobre una escalera de saliva etérea.

Lindo y dulce jardín chocolatoso.
Paz.