Mientras me escuchabas, me coincidías la mirada y además, atusabas tu pelo, llevándolo hacia otro lado, llamando mi atención que me hacía reaccionar estupefacto y sin pestañear me dabas el primer aviso. El segundo, lo hiciste hacia el otro lado y me zarandeaste cruelmente pues la concentración que mi mente necesitaba para extraer las palabras bien articuladas por mi boca... esto.... lo que quería decir, se vió resentida y tambaleaba. Yegua al galope, crines al viento y, las riendas... las riendas... ¿ Quién las controla ?
Solo la realidad de los hechos y los sentimientos, eso lo controlan. Un abrazo mi niño del espejo y te deje un regalito en mi blog "POR AMOR AL ARTE" Cuidate ya lo sabes ;)
jajaja...genial, sencillamente genial. Me río porque, cuántas veces una presencia, o un detalle como atusarse el pelo, ha reducido mi vocabulario al de un niño de seis años. Te comprendo, te comprendo bien.
Por cierto, la culpable de tu descubrimiento por mi parte ha sido Silencios. Yo te recordaba vagamente del sillón rojo (soy Arial12, ¿te acuerdas...?) y me dijo que estabas por aquí tú también...
Óleo sobre lienzo de Marina Dieul, "The pommegranate"
Sobre mí
¿Por qué El Niño del Espejo? Por qué con la curiosidad de un niño me intriga verme reflejado, por qué nunca acabo de descubrirme, por qué en cada detalle que me llega, que proyecto o que me retorna de una forma u otra, descubro algo nuevo, por qué disfruto enormemente. Solamente eso, es suficiente.
Sobre los escritos
Todos los escritos expuestos en este blog, obedecen y son fruto de mi imaginación, no teniendo por qué coincidir con la realidad. Los escritos no tienen por qué coincidir con el tiempo en que son publicados y, a su vez, tampoco tienen por qué seguir un orden cronológico.
3 comentarios:
Solo la realidad de los hechos y los sentimientos, eso lo controlan.
Un abrazo mi niño del espejo y te deje un regalito en mi blog "POR AMOR AL ARTE"
Cuidate ya lo sabes ;)
Imagino amigo que los sentimientos son casi imposibles de controlar. Pero no me hagas mucho caso últimamente controlo hasta el tiempo que duermo.
¿ Lo sabes?
Cuidate mucho, sé feliz.
jajaja...genial, sencillamente genial. Me río porque, cuántas veces una presencia, o un detalle como atusarse el pelo, ha reducido mi vocabulario al de un niño de seis años. Te comprendo, te comprendo bien.
Por cierto, la culpable de tu descubrimiento por mi parte ha sido Silencios. Yo te recordaba vagamente del sillón rojo (soy Arial12, ¿te acuerdas...?) y me dijo que estabas por aquí tú también...
Un saludo bloguero!
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