jueves, 31 de diciembre de 2009

FELIZ AÑO 2010


Quiero desearos una excelente entrada para este nuevo año y también quiero agradeceros a todos los que me "soportáis" y os animo a que lo sigáis haciendo.

Pedid muchos deseos, iluminad vuestros rostros, pensad en nuevos proyectos para vuestra vida, es momento para hacerlo y tratad de llenar todos los espacios y personas que os rodean de ilusiones nuevas.

Adiós 2009, Bienvenido 2010.
El Niño del Espejo (...que se va haciendo mayor)
;-D

miércoles, 30 de diciembre de 2009

Juguetones

Seguíamos jugando
entre el fuego,
y ante las peticiones,
la tuya y la mía;
yo daba; tú dabas.

Borrachos
envueltos en llamas
e insensibles ambos,
mientras las pieles ardían
y el olor a quemado
yo daba; tú dabas.

Apenas perceptible.

Inconscientes,macabros,
pirómanos y ansiosos
derritiendo los hielos eternos
de las experiencias perras
yo daba; tú dabas.

Bailes calientes
sobre las brasas
del infierno de las ausencias
olvidando quienes éramos,
quienes seríamos,
ignorantes en las nubes
yo daba; tú dabas.

Pulsos de resistencia
excesivamente desvariados
fuerza bruta
sin límites dispuesta
yo daba; tú dabas.

Incondicionales
con condiciones
yo no dí; tú no diste.

En el juicio de nuestros destinos,
la sentencia fue clara:
culpable por ausencia

jueves, 3 de diciembre de 2009

La Dama Blanca

Pintura de Felix Mas - "Transparencias"

Apareció de entre el revuelo y el ruido. Vestía suaves gasas blancas, sobre su cabeza, una pamela ancha bajo la que se le adivinaba su cara angelical. Se acercó sin apenas pensar sobre el riesgo de lo desconocido y, sin miedo, cogió mi mano. Yo estaba sentado en la arena de espaldas al mundo y jugando triste al final de las sombras que se dibujaban en la lejanía, cuando de pronto, solicitó mi atención, cómo no, me sorprendió y cuando vi cómo me ofrecía su mano, entre lágrimas la tomé entre las mías y no pude más que mirarla a los ojos como quién mira a un ángel; sorprendido. Entonces, con su fuerza me ayudó a levantarme. Yo no era capaz de dejar de lado mi asombro y fué cuando me regaló su sonrisa. Quedé embelesado con aquel gesto. Dejé de oír las olas y el murmullo del fondo y perdí por completo la noción del tiempo. Desde entonces, la llamo mi Dama Blanca y hoy, celebro el día en que la conocí...